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miércoles, 4 de abril de 2012

La trata de mujeres para fines sexuales comerciales se define como la utilización de mujeres de toda edad
en el comercio sexual; es decir: servicios sexuales, industria del sexo, pornografía, turismo sexual, espectáculos sexuales o actividades similares.
El tratante busca beneficiarse o lucrarse gracias a la utilización sexual ajena, que configura la explotación. No se distingue entre la participación forzada o voluntaria en la prostitución u otras actividades mencionadas por parte de la persona que es objeto de trata, al ser ésta considerada como víctima.  
Fuente:"Trata de mujeres para fines sexuales comerciales en el Perú" de Movimiento El Pozo y OIM.

El caso que puso en agenda el drama de la trata en la Argentina

En Diario El Clarín. Por Sibila Camps


Diez años sin Marita Verón. Su madre la busca desde el 3 de abril de 2002. Su lucha logró la sanción de una ley. Y el rescate de otras 1.250 víctimas.
Tucumán. Enviada Especial - 03/04/12
Hoy a las 9.30, en el primer banco de la sala donde se juzga a 13 acusados de secuestrar y prostituir a María de los Angeles Verón, su madre colocará su retrato. A esa hora se cumplirán diez años de su desaparición y, al mismo tiempo, del comienzo de la lucha infinita de Susana Trimarco, que sacó a la luz la impunidad de las redes de trata y de la explotación sexual. En la audiencia, Susana estará acompañada por dirigentes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y de HIJOS. En la noche habrá una marcha desde Tribunales hasta Plaza Independencia.
Marita tenía 23 años y vivía con David Catalán y Micaela, la hija de ambos, de 3 años. Eran una pareja de clase media llena de proyectos, que bregaba por salir adelante en el durísimo año 2002. Tenían decidido postergar un nuevo embarazo, para lo cual la joven había aceptado el ofrecimiento de una vecina enfermera, quien le hizo un contacto con su novio, empleado de la Maternidad de Tucumán, para hacerse colocar un DIU. Le dio un turno, la hizo ir un día antes, y en el camino fue raptada.
La búsqueda de sus padres se convirtió en un rompecabezas desesperante, y más aún cuando descubrieron que había sido capturada por una red de trata para prostitución, con conexiones en Río Gallegos y La Rioja. La mayoría de los obstáculos que los frenaron revelaron las complicidades gracias a las cuales funcionan estas asociaciones ilícitas: en la Policía, en el poder político –autoridades de primera línea del ex gobernador Julio Miranda– y en funcionarios judiciales, en Tucumán y en La Rioja.
Mientras seguía en persona los allanamientos en los burdeles riojanos, Susana rescató a 19 jóvenes; algunas habían visto a Marita y declararán en el juicio contra sus proxenetas y tratantes. La número 20 fue liberada en setiembre en un prostíbulo cordobés, donde se creía podían estar los restos de Marita.
Los tres atentados sufridos en los primeros años no hicieron más que fortalecerla en su decisión de no callar. Cada entrevista en un medio fue también una oportunidad para hablar de la ignominia de la trata, y de la violencia y la humillación que sufren las mujeres prostituidas. Así, en 2007 la secretaria de Estado de los EE.UU., Condoleezza Rice, la distinguió con el premio “Mujeres de Coraje”. Con ese dinero creó ese año la Fundación María de los Angeles, que ya intervino en el rescate de cerca de 50 niñas y mujeres, a quienes brinda también asistencia psicológica y social.
En 2008, la historia de Susana inspiró la telenovela “Vidas robadas” que, protagonizada por Soledad Silveyra, tuvo un alto rating y amplió el grado de conciencia. La presión de las organizaciones civiles y de algunas diputadas ayudaron a que ese año se sancionara la ley 26.364, de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas. Fue un paso importante, porque federalizó el delito. Pero introdujo dos condiciones derivadas de la ignorancia de la problemática: la diferencia entre víctimas menores y mayores de 18 años y, en el caso de las adultas, el requisito de probar que se hallan contra su voluntad. Esto implica desconocer las graves secuelas que padecen las víctimas, para las que aún no hay un plan nacional de asistencia integral; sí está contemplado en la modificación a la ley, que cuenta con media sanción del Senado.
Desde entonces, según el Ministerio de Justicia, han sido rescatadas al menos 1.250 mujeres y niñas, en promedio de 23 a 25 años. Según la fiscalía especializada en trata (UFASE), a fines de 2011 se habían realizado sólo 39 juicios –en su mayoría por explotación sexual– que, según la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT), en general habían condenado a los responsables menores de las redes.
El informe de la UFASE alerta sobre el huevo de la serpiente: de los prostíbulos involucrados en esos procesos, sólo el 6% permanece cerrado. En la ciudad de Tucumán, recién hace un mes fueron clausurados 13 burdeles. Miles de prostíbulos siguen abiertos en todo el país, pese a estar prohibidos por ley desde 1937, en una masiva naturalización de la compra de sexo. De allí el lema de las organizaciones: “Sin clientes no hay prostitución, sin prostitución no hay trata”.


martes, 20 de marzo de 2012

Desde Argentina: La búsqueda de Susana Trimarco

"Así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener"

FRANCISCO PEREGIL, BUENOS AIRES | EL PAÍS DE MADRID
Durante 10 años, esta madre argentina no cesó un instante de buscar con desesperación a su hija, María de los Angeles (Marita) Verón. Se metió en los prostíbulos, fue de una provincia a otra, también de Argentina hacia España. Demasiadas veces le informaron sobre los lugares exactos donde podía encontrar los huesos de su hija y todas resultaron ser pistas falsas. En 2007 el Gobierno de EE.UU le concedió el Premio Internacional a las Madres con Coraje y ese mismo año creó la fundación María de los Ángeles destinada al rescate de prostitutas. En 2010 murió su marido Daniel, después de una depresión que duraba desde la desaparición de Marita y después de advertirle a Susana muchas veces que no se metiera con las mafias de los prostíbulos. Pero ella siguió, y ahora logró sentar en un juzgado de Tucumán al proxeneta que está segura es el responsable del triste destino de su hija.

"Así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener"

Susana Trimarco reunió a sus 47 años el arrojo suficiente para disfrazarse de prostituta y buscar a su hija María de los Ángeles, Marita, Verón en los prostíbulos de Argentina. Cruzando testimonios por aquí y por allá fue informándose de que la chica había sido golpeada con la culata de una pistola en las calles de San Miguel de Tucumán, introducida en un coche rojo, vendida a una red de trata de blancas, drogada, violada, apuñalada y forzada a tener un hijo en cautiverio con su proxeneta, José Fernando Gómez, alias el Chenga. Todo eso, que se resume en una frase, se alargó noche a noche durante diez años hasta hoy.
Sus pesquisas le llevaron de una provincia a otra, también de Argentina hacia España, pero la mayoría de ellas sólo conducían a la desesperación. Demasiadas veces le informaron sobre los lugares exactos donde podía encontrar los huesos de su hija y todas resultaron ser pistas falsas. Ella siguió acusándolos, recibió amenazas, denunció la connivencia judicial y policial, llegó a rodar una telenovela con sus vivencias y ahora, diez años después de la desaparición de su hija, ha logrado sentar en el banquillo de los acusados, en un juzgado de Tucumán, al Chenga y a 12 supuestos colaboradores.
`Conozco muy bien a estos mafiosos`, afirma Trimarco. `Para mí, tenerlos ahí es ya una gran victoria. Porque me decían que con la misma plata que ganaban con mi hija le iban a pagar a los jueces. Y todavía pienso que ahí debería haber mucha gente más. Faltan más cómplices`.
En 2007 le dijeron que su hija estaba en España. Llamó a la puerta de la embajada española en Buenos Aires y consiguió que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero la invitara a Madrid. `A finales de 2007 o principios de 2008 fui a Burgos y hablé con el fiscal de ese lugar, porque supuestamente a Marita se la habían llevado en 2004. En un prostíbulo de Burgos y en otro de Bilbao habían liberado a unas 17 chicas. La mayoría eran argentinas`. Pero en España no encontró ningún rastro de su hija, nadie sabía nada.
María de los Ángeles Verón Trimarco tenía 23 años aquel 3 de abril de 2002 en que desapareció. Dejaba atrás a Micaela, una niña de tres años que ahora no se separa de la abuela. `Mica tiene el mismo carácter alegre de mi hija. Porque desde bien chica Marita fue muy alegre, le gustaba andar en patines, pintar, dibujar, cantaba muy lindo. Era también muy solidaria. Tenía muy buena comunicación con los niños. Se relacionaba rápido con otras personas. Dibujaba muy bien, había hecho estudios de Bellas Artes, hacía esculturas, reciclaba los muebles, también hizo cursos de decoración, de repostería... Tenía una tienda de alimentos que le habíamos puesto mi marido y yo`.
El juicio que se inició hace un mes en San Miguel de Tucumán puede prolongarse más de 90 días. Hay siete hombres y seis mujeres acusados de privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución. Y quedan unos 150 testigos por declarar. Susana Trimarco cree que, hasta el momento todo marcha bien, a pesar de que el Chenga y otros dos imputados se han declarado inocentes. `Ellos van a negarlo todo y no voy a entrar en su juego. Que digan lo que quieran. Pero si estos sinvergüenzas le han hecho algo malo a mi hija, la quiero igual. Y así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener`, señala. Desea conocer al hijo que supuestamente tuvo Marita en cautiverio.
Durante la larga búsqueda, Susana recibió insultos, desprecios, desaires y amenazas. Pero asegura haber rescatado a 129 mujeres de prostíbulos y consiguió que se aprobara hace cuatro años en Argentina una ley que tipifica como delitos el secuestro y la explotación sexual y laboral. `Antes, nadie hablaba de ese tema. Yo tampoco sabía que existían esas cosas. Pero los mafiosos siguen haciendo lo mismo, por más que yo haya denunciado. En la fundación hemos recibido muchísimas denuncias de intento de secuestro`.
Ante la posibilidad de que algunas de esas mujeres `rescatadas` trabajaran en los prostíbulos por voluntad propia, Susana Trimarco se muestra tajante: `En absoluto. Muchas de esas chicas eran menores de edad. Una de ellas, Danila, tenía 15 años cuando la secuestraron. Y salió ya mayor de edad. Sus padres la buscaban en dirección a Brasil y ella estaba en el otro lado, en La Rioja, en el oeste de Argentina. Pero Danila no sabía ni dónde estaba. Ella veía cómo esos delincuentes hablaban con la policía, con los jueces y decía: `¿Cómo voy a denunciar nada a esa gente?`. Si es que eran los mismos que acudían al prostíbulo a acostarse con ellas. Danila vio matar a chicas ahí adentro. Son esclavas`.
La madeja de datos que fue enhebrando Trimarco para sentar a esas 13 personas en el banquillo fue a base de ganarse la confianza de quienes habían sido compañeras de su hija. `Me ayudaron mucho unos travestis con los que conviví en la provincia argentina de La Rioja. Pude ver el maltrato físico y psicológico que los proxenetas, hombres y mujeres, que también las hay, hacen a estas personas. Las obligan a drogarse, las golpean, las endeudan para que nunca puedan salir de ahí, les roban su documento de identidad...`.
Ahora, Trimarco solo espera que el juicio arroje un poco de luz sobre el destino de su hija.
El País Digital