martes, 20 de marzo de 2012

Red de trata de mujeres paraguayas en España

Cae una red que traía a Jaén a mujeres paraguayas para su explotación sexual

Publicado en: El País - Andalucía. 12 de Marzo de 2012. Por: Ginés Donaire

Les ofrecían un contrato legal para sacarlas de la pobreza de su país, pero cuando llegaban a España sufrían un auténtico calvario. La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría de Policía de Jaén ha desarticulado una red dedicada a la explotación sexual de mujeres que eran enviadas desde Paraguay hasta locales de alterne de la provincia de Jaén. En la operación han sido detenidas cuatro personas, tres de ellas empresarios jiennenses y un súbdito paraguayo, propietario de una agencia de viajes, que era el enlace.
Simulando viajes turísticos y bajo la falsa promesa de un contrato de trabajo en España, que nunca llegó, los miembros de la red les proporcionaban a sus víctimas billetes de avión y dinero para los primeros días, por lo que estas contraían una importante deuda con la banda organizada. Pero, al llegar eran trasladadas a clubes nocturnos de Andújar y Guarromán, en Jaén, y obligadas a ejercer la prostitución amenazándolas con sufrir daños personales contra ellas o sus familiares. Al menos una treintena de mujeres han sido víctimas de esta organización, cuyos miembros ya han pasado a disposición judicial.
Los agentes de la Brigada de Extranjería iniciaron sus investigaciones en mayo de 2010. Las primeras pesquisas condujeron a un empresario en Paraguay, dueño de una agencia de viajes en su país que, aprovechando la infraestructura que le proporcionaba su negocio, dirigía las operaciones de envío de mujeres hasta Jaén. Una vez en España, cuando las víctimas se encontraban ejerciendo la prostitución en los clubes concertados, los dueños de los establecimientos abusaban de una situación de superioridad y del estado de necesidad de estas mujeres, que en la mayoría de los casos carecían de documentación para poder acceder a un puesto de trabajo legalizado y así poder mantenerse económicamente por sí mismas y en muchos casos a su familia.
Según ha informado la policía, los propietarios de los establecimientos obtenían un “cuantioso lucro de la prostitución ejercida en sus locales” mediante los servicios sexuales que las mujeres ejercían, las consumiciones obligatorias de los clientes y por el alquiler de las habitaciones, aunque muchas de las víctimas no se alojaban en ellas o no hacían uso en una jornada completa. En el transcurso de la investigación se pudo determinar que los empresarios detenidos, dueños de dos clubes de alterne de la provincia, abusaban de la situación de necesidad de estas ciudadanas extranjeras, imponiéndoles condiciones laborales que perjudicaban y restringían sus derechos, eludiendo las altas en la Seguridad Social e incumpliendo los derechos laborales.
De este modo, según ha explicado la policía, las mujeres debían abonar una cantidad diaria en concepto de alojamiento y manutención, alternar con los clientes en la barra del club y mantener relaciones sexuales. El horario de trabajo era de 17.00 a 4.00, disponían de media hora para cenar y establecían incluso fuertes multas para aquellas que incumplieran estas condiciones.

Desaparecidas en México

Desaparecidas: perfil físico similar, alertan

Publicado el 7 marzo, 2012, por - En Metrópoli  
Entre el 1 de enero de 2011 y el 13 de febrero de este año, en la ciudad de México desaparecieron mil 872 niñas entre 10 y 17 años, quienes tienen características físicas similares.
Un muestreo realizado por EL UNIVERSAL detectó que el 87 por ciento de las extraviadas tienen el cabello largo en el momento de su desaparición y que el 71 por ciento son de piel morena.
Además, dos de cada tres niñas comparten otras características: son de complexión delgada y miden menos de 160 centímetros, lo que las convierte en víctimas fáciles en el supuesto de una desaparición forzada.
Estre patrón físico entre las menores desaparecidas ha alertado a activistas por los derechos humanos, quienes temen que las niñas hayan pasado de extraviadas a víctimas de delitos.
“Es un tema de mucha preocupación que hemos detectado. Tiene grandes vertientes sobre lo que puede estar sucediendo: la trata de personas, cualquier forma de explotación sexual, adopciones ilegales, pornografía infantil, prostitución, turismo sexual.
“Cuando hay desaparecidas con la mismas características físicas o de xenotipo, probablemente hasta se trata de tráfico de órganos”, señaló Teresa Ulloa, directora regional de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas para América Latina y el Caribe.
El reporte de las desaparecidas, elaborado por la Secretaría de Desarrollo Social del DF — y cuya copia posee este diario — arroja que las mil 872 desaparecidas equivalen a que cada 5 horas con 18 minutos, una familia pierde en las calles de la capital a una hija o una hermana, sin saber si algún día la volverán a ver.
Entre las infantes, destacan una niña de origen extranjero, nueve de provincia y 93 provenientes del Estado de México, quienes visitaron el Distrito Federal y no regresaron a dormir a casa.
El patrón sigue y los expedientes aumentan en delegaciones fronterizas con el Estado de México, sobre todo en colonias de alta vulnerabilidad, donde la droga y la violencia son frecuentes en las calles.
Sólo Iztapalapa y Gustavo A. Madero – colindantes con el Estado de México, donde se contabilizan más de 920 feminicidios en cinco años — concentran el 35 por ciento de las desapariciones, mientras que Benito Juárez, la demarcación con mayor índice de calidad de vida, apenas tiene el 2.3 por ciento de casos.
En tercer lugar se ubica la delegación Cuauhtémoc, seguida de Álvaro Obregón, Coyoacán, Tlalpan y Venustiano Carranza; al final, Cuajimalpa y Milpa Alta.
Otras cifras exhiben el problema: el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, (CAPEA) de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), tiene mil 289 reportes de niñas extraviadas del 1 de enero del año pasado al 6 de febrero de este año.
Según Zulma Campos, subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito de la PGJDF, el 73 por ciento de los casos se resuelven favorablemente; sin embargo, esta cifra aún dejaría 386 niñas sin rastro, aproximadamente una desaparecida por día en la capital.
CRÉDITO: ÓSCAR BALDERAS

 

Desde Argentina: La búsqueda de Susana Trimarco

"Así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener"

FRANCISCO PEREGIL, BUENOS AIRES | EL PAÍS DE MADRID
Durante 10 años, esta madre argentina no cesó un instante de buscar con desesperación a su hija, María de los Angeles (Marita) Verón. Se metió en los prostíbulos, fue de una provincia a otra, también de Argentina hacia España. Demasiadas veces le informaron sobre los lugares exactos donde podía encontrar los huesos de su hija y todas resultaron ser pistas falsas. En 2007 el Gobierno de EE.UU le concedió el Premio Internacional a las Madres con Coraje y ese mismo año creó la fundación María de los Ángeles destinada al rescate de prostitutas. En 2010 murió su marido Daniel, después de una depresión que duraba desde la desaparición de Marita y después de advertirle a Susana muchas veces que no se metiera con las mafias de los prostíbulos. Pero ella siguió, y ahora logró sentar en un juzgado de Tucumán al proxeneta que está segura es el responsable del triste destino de su hija.

"Así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener"

Susana Trimarco reunió a sus 47 años el arrojo suficiente para disfrazarse de prostituta y buscar a su hija María de los Ángeles, Marita, Verón en los prostíbulos de Argentina. Cruzando testimonios por aquí y por allá fue informándose de que la chica había sido golpeada con la culata de una pistola en las calles de San Miguel de Tucumán, introducida en un coche rojo, vendida a una red de trata de blancas, drogada, violada, apuñalada y forzada a tener un hijo en cautiverio con su proxeneta, José Fernando Gómez, alias el Chenga. Todo eso, que se resume en una frase, se alargó noche a noche durante diez años hasta hoy.
Sus pesquisas le llevaron de una provincia a otra, también de Argentina hacia España, pero la mayoría de ellas sólo conducían a la desesperación. Demasiadas veces le informaron sobre los lugares exactos donde podía encontrar los huesos de su hija y todas resultaron ser pistas falsas. Ella siguió acusándolos, recibió amenazas, denunció la connivencia judicial y policial, llegó a rodar una telenovela con sus vivencias y ahora, diez años después de la desaparición de su hija, ha logrado sentar en el banquillo de los acusados, en un juzgado de Tucumán, al Chenga y a 12 supuestos colaboradores.
`Conozco muy bien a estos mafiosos`, afirma Trimarco. `Para mí, tenerlos ahí es ya una gran victoria. Porque me decían que con la misma plata que ganaban con mi hija le iban a pagar a los jueces. Y todavía pienso que ahí debería haber mucha gente más. Faltan más cómplices`.
En 2007 le dijeron que su hija estaba en España. Llamó a la puerta de la embajada española en Buenos Aires y consiguió que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero la invitara a Madrid. `A finales de 2007 o principios de 2008 fui a Burgos y hablé con el fiscal de ese lugar, porque supuestamente a Marita se la habían llevado en 2004. En un prostíbulo de Burgos y en otro de Bilbao habían liberado a unas 17 chicas. La mayoría eran argentinas`. Pero en España no encontró ningún rastro de su hija, nadie sabía nada.
María de los Ángeles Verón Trimarco tenía 23 años aquel 3 de abril de 2002 en que desapareció. Dejaba atrás a Micaela, una niña de tres años que ahora no se separa de la abuela. `Mica tiene el mismo carácter alegre de mi hija. Porque desde bien chica Marita fue muy alegre, le gustaba andar en patines, pintar, dibujar, cantaba muy lindo. Era también muy solidaria. Tenía muy buena comunicación con los niños. Se relacionaba rápido con otras personas. Dibujaba muy bien, había hecho estudios de Bellas Artes, hacía esculturas, reciclaba los muebles, también hizo cursos de decoración, de repostería... Tenía una tienda de alimentos que le habíamos puesto mi marido y yo`.
El juicio que se inició hace un mes en San Miguel de Tucumán puede prolongarse más de 90 días. Hay siete hombres y seis mujeres acusados de privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución. Y quedan unos 150 testigos por declarar. Susana Trimarco cree que, hasta el momento todo marcha bien, a pesar de que el Chenga y otros dos imputados se han declarado inocentes. `Ellos van a negarlo todo y no voy a entrar en su juego. Que digan lo que quieran. Pero si estos sinvergüenzas le han hecho algo malo a mi hija, la quiero igual. Y así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener`, señala. Desea conocer al hijo que supuestamente tuvo Marita en cautiverio.
Durante la larga búsqueda, Susana recibió insultos, desprecios, desaires y amenazas. Pero asegura haber rescatado a 129 mujeres de prostíbulos y consiguió que se aprobara hace cuatro años en Argentina una ley que tipifica como delitos el secuestro y la explotación sexual y laboral. `Antes, nadie hablaba de ese tema. Yo tampoco sabía que existían esas cosas. Pero los mafiosos siguen haciendo lo mismo, por más que yo haya denunciado. En la fundación hemos recibido muchísimas denuncias de intento de secuestro`.
Ante la posibilidad de que algunas de esas mujeres `rescatadas` trabajaran en los prostíbulos por voluntad propia, Susana Trimarco se muestra tajante: `En absoluto. Muchas de esas chicas eran menores de edad. Una de ellas, Danila, tenía 15 años cuando la secuestraron. Y salió ya mayor de edad. Sus padres la buscaban en dirección a Brasil y ella estaba en el otro lado, en La Rioja, en el oeste de Argentina. Pero Danila no sabía ni dónde estaba. Ella veía cómo esos delincuentes hablaban con la policía, con los jueces y decía: `¿Cómo voy a denunciar nada a esa gente?`. Si es que eran los mismos que acudían al prostíbulo a acostarse con ellas. Danila vio matar a chicas ahí adentro. Son esclavas`.
La madeja de datos que fue enhebrando Trimarco para sentar a esas 13 personas en el banquillo fue a base de ganarse la confianza de quienes habían sido compañeras de su hija. `Me ayudaron mucho unos travestis con los que conviví en la provincia argentina de La Rioja. Pude ver el maltrato físico y psicológico que los proxenetas, hombres y mujeres, que también las hay, hacen a estas personas. Las obligan a drogarse, las golpean, las endeudan para que nunca puedan salir de ahí, les roban su documento de identidad...`.
Ahora, Trimarco solo espera que el juicio arroje un poco de luz sobre el destino de su hija.
El País Digital