martes, 17 de abril de 2012

Cartel mexicano de drogas compra mujeres en Argentina

A propósito del Día Mundial contra la Explotación Infantil conmemorado el 16 de abril - Periodista mexicana Lydia Cacho relata en libro "Esclavas del poder" cómo trabajan en Argentina y ciudades como Córdoba. Según OIM y Movimiento El Pozo, la fuerte conexión con organizaciones criminales y redes de narcotráfico hace sumamente peligrosa y compleja la dinámica de la trata. En la conexión entre las mafias internacionales y las nacionales se utilizan códigos, claves, tatuajes y otras modalidades para encubrirse y mantenerse en la clandestinidad. Asimismo, utilizan ropas y estilos de vestimenta que les permiten identificarse entre ellos. Fuente: Trata de mujeres para fines sexuales comerciales en el Perú.

Trata: Los Zetas compran mujeres en la Argentina

Según especialista, ese cartel y el de Sinaloa operan en Córdoba
 

Los narcotraficantes mexicanos han decidido, de un tiempo a esta parte, incursionar en nuevos negocios: al de las drogas sumaron, ahora, la captación de mujeres a las que ubican en antros de toda clase donde serán explotadas sexualmente. De esa ampliación del campo de acción no es ajena la Argentina: corresponsales de los principales carteles del Norte ya están reclutando, por la fuerza o bajo engaños, víctimas en el interior.
Así lo afirmó la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, una de las voces más autorizadas en la temática a nivel regional, de visita en el país para la presentación de su libro Esclavas del poder , en el que ha documentado un exhaustivo mapa de las redes de trata y explotación sexual de mujeres.
"Tengo evidencia clarísima de la presencia de carteles de droga [mexicanos] relacionados con la trata que ya están operando en la Argentina, en Córdoba y en una ruta hacia el norte del país, en muchos casos creando y aprovechando vínculos con pequeñas comunidades provinciales que están en situación de pobreza y cuya economía está dañada. Tanto Los Zetas como el Cartel de Sinaloa ya están aquí. Estos criminales organizados comenzaron a instalarse y están comprando seres humanos", afirmó Cacho, que se presentó el lunes pasado en el hotel Sofitel, patrocinada por su editor, Cristóbal Pera, de Random House Mondadori.
Seis guardaespaldas la acompañan a todos lados todo el tiempo. Y ella misma está en actitud de guardia permanente; su profunda mirada, que ha visto el horror, escruta a conciencia todo lo que se mueve dentro de su campo de acción; nada de lo que sucede a su alrededor le pasa desapercibido. Motivos le sobran: ha sido secuestrada, torturada y la mafia del narco-proxenetismo de México la tiene bajo amenaza de muerte.
Cacho, de 46 años, es capaz de descorrer el velo de un drama que, en nuestro país, parece invisibilizado. "Según estadísticas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Drogas y el Crimen [Onudc], en la Argentina hay medio millón de mujeres atrapadas en redes de trata, y existen 8000 prostíbulos, entre ellos los mil verificados en la ciudad de Buenos Aires por la ONG La Alameda. Y es bien conocido, tanto en el país como en el extranjero, que la Argentina tiene toda esa cultura de la prostitución aparentemente normalizada no sólo por la sociedad, sino también por el sistema político."
Sostiene, como para dejar bien claro este último concepto: "La cultura prostibularia no se puede desarrollar sin apoyo y protección política".

"Ejercicio de la crueldad"

Esclavas del poder, el libro que la trajo al país, es fruto de una investigación periodística que le llevó cinco años y que nace de historias de mujeres y niñas que sobrevivieron a su venta a las redes mundiales de trata. Cacho tomó casos en primera persona y los investigó hasta dar con las mafias de tratantes. "En estos cinco años he visto el ejercicio de la crueldad más infame, con niñitas prostituidas, vejadas. Pero también vi gente arriesgándolo todo por salvarlas. Eso me ayudó a no perder la cordura ante tanto horror y a no perder la fe en el condición humana."
Una de las más inquietantes revelaciones que dejó en su conferencia en el hotel Sofitel, además de las relacionadas con la Argentina, fue la de la simbiosis entre las operaciones del narcotráfico y la trata. "Ha habido cambios en los modos de operación de los tratantes. Las investigaciones demuestran que Los Zetas y el Cartel de Sinaloa, por ejemplo, se han metido de lleno en estas operaciones porque vender un ser humano es mucho más redituable que vender droga. Lo dijo un ex traficante detenido en California al que pude entrevistar: un kilo de cocaína lo vendes una vez y a una niña puedes venderla cientos de veces."
La escritora y periodista puso bajo su lupa un caso que, recientemente, tuvo amplia repercusión política y mediática en nuestro país: la denuncia de Lorena Martins contra su padre, el ex agente de inteligencia argentino Raúl Martins, como proxeneta e integrante de una red de trata de mujeres, y la revelación hecha por la mujer de la eventual relación -a través de terceras personas- del ex espía con el actual jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
"Expertos mexicanos dicen que si Raúl Martins fuera extraditado a la Argentina la situación de la trata cambiaría en la región, porque hubo un avance en el caso que podría influir en el corredor entre Paraguay, Brasil, Bolivia, México. Los prostíbulos mexicanos atribuidos a Martins siguen funcionando con menos mujeres argentinas, porque ha cambiado el mercado. El mercado lo determinan los clientes y ahora los clientes buscan más cubanas, brasileñas y paraguayas."

El rol de la sociedad

A la hora de explicar el posible motivo de esa merma en la captación de argentinas por parte de las redes internacionales de trata, además de aquello tan efímero como "la demanda de los clientes", le bastó un nombre: "Susana Trimarco", madre de Marita Verón, la joven madre desaparecida hace una década y cuyo caso es actualmente objeto de un juicio. Cacho sostiene que a partir de la visibilidad que la lucha de Trimarco y de otras organizaciones de la sociedad civil ha dado a la temática "ha subido el costo para ciertas mafias, al menos en delitos internacionales".
"En América latina la labor de la sociedad civil está por encima de la acción de los Estados a la hora de enfrentar la temática de las redes y la esclavitud sexual, por el movimiento de mujeres y las feministas y las organizaciones civiles. No conozco ningún otro país donde sea tan efectivo el trabajo de la sociedad civil como en la Argentina, aunque nunca encontré un país con tanta resistencia de un Estado a ir contra la trata como el argentino."
Con todo, resaltó algunos avances, como la decisión de prohibir el llamado Rubro 59 en los diarios. "Es una medida que sirve. La psicóloga e investigadora estadounidense Melissa Farley demostró cómo la mayoría de los anuncios de prostitución de los diarios están directamente relacionados con redes de tratantes."

Una voz autorizada

"Tengo evidencia de la presencia de carteles de droga [mexicanos] relacionados con la trata que ya están operando en la Argentina, en Córdoba y en una ruta hacia el norte del país"
"La Argentina tiene una cultura de la prostitución aparentemente normalizada no sólo por la sociedad sino también por el sistema político. Esa cultura prostibularia no se puede desarrollar sin protección y apoyo político"
"Hubo cambios en los modos de operación de los tratantes. Los Zetas y el cartel de Sinaloa, por ejemplo, se han metido de lleno en estas operaciones porque vender un ser humano es mucho más redituable que vender droga".

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